viernes, 10 de mayo de 2013

Ella

Se ve apresada, acorralada. Cree que no tiene escapatoria. El humo tapona su nariz. El ruido ensordece sus oídos. La crueldad ciega sus pupilas. La sociedad apunta directamente a su frente sin piedad. Los seres humanos conocen el daño que están causando. Conocen las consecuencias. Pero no impiden sus lloros. Sus lágrimas recorren cada grieta formando un río que desemboca en el vacío. Las aguas nunca llegarán a su destino. No poseen un fin cercano. Vagarán toda la eternidad, hasta que termine de llorar. Entonces, todo acabará. Su sino era perpetuo hasta que la humanidad se interpuso en su camino. 

Mientras, ellos no sufren. Mientras, ella sí sufre.