domingo, 20 de mayo de 2012

SLQH #1añosinSLQH, uno de los mejores programas que ha parido la televisión.


El 30 de Marzo de 2006 comenzaba en el prime time de laSexta “Sé lo que hicisteis la última semana”. Rápidamente se convirtió en el buque insignia de la cadena (recién nacida en ese momento) y estratégicamente decidieron crear un “Sé lo que hicisteis” diario para captar más seguidores. Funcionó casi  a la perfección pero, sin ser un programa demasiado original, ¿a qué se debió su éxito?

El espacio conducido por Patricia Conde mezclaba de una manera bastante ingeniosa actualidad y crítica al mundillo del corazón. A quién no le gustara éste último, Sé lo que hicisteis era su programa por excelencia (véase un servidor). Las opiniones que vertían sobre la cadena que había llevado a lo más alto el mundo rosa (Telecinco) no podían ser más acertadas. La audiencia se disparaba en esos instantes. El punto de inflexión llegó cuando el señorito Vasile (adorado por toda España) se hartó y llevó a laSexta a los tribunales. La decisión del juez no dejó indiferente a nadie: el nuevo canal no podía emitir ni una sola imagen de Telecinco. Todos nos esperábamos lo peor. Sin embargo, el formato no perdió ni una chispa de ingenio ni una chispa de humor siendo el primer programa posterior a la prohibición uno de los más vistos de toda su historia.

Patricia Conde me enamoró desde el primer momento en el que la vi. Su forma de hacer el tonto en la televisión era de lo mejorcito que había. Cómo me acuerdo de cuando le insultaba a Ángel Martín… Cómo me acuerdo del “ay omá qué rica” de Miki Nadal… Cómo me acuerdo de los reportajes de Berta Collado, Pilar Rubio, Cristina Pedroche y Paula Prendes… Cómo me acuerdo de las secciones de Pepe Macías que, por cierto, de repente desapareció como si de un espíritu se tratara.

Por lo general Sé lo que hicisteis era lo mejor que había para ver en televisión en ese momento. Me acuerdo de la primera tarde cuando yo llegaba del colegio. Vi a mi hermano sentado en el sofá observando el programa. “¿Qué estás viendo?”, le pregunté. “Un programa que está muy bien”, me respondió. En aquel mismo instante me senté y para mi sorpresa no podía apartar la mirada del televisor. Era una carcajada tras otra. Todos los días estaba deseando llegar a casa y sintonizar laSexta en mi televisión. Sin embargo, lo bonito no podía durar siempre y Sé lo que hicisteis se fue al garete.

laSexta cometió un terrible error que sigo sin entender cómo no lo subsanó antes: alargarlo durante dos horas. El espacio comenzaba a las 3 y media y había días que acababa pasadas las 5 y media. Eso para un formato de tanto éxito, esté en el canal que esté, es la proclamación de su inminente desaparición. La audiencia fue cuesta abajo y las carcajadas iban disminuyendo. Ya no me divertían, ya no sonreía, si no que me aburría y tenía que cambiar de cadena. Hicieron lo posible por reflotarlo pero no lo consiguieron. Los más llamativo era que ni a Patricia Conde ni  a Ángel Martín se les veía con ilusión y cada vez se hacía más patente que leían el guión en directo.

Cuatro comenzó en 2010 a emitir Tonterías las justas. Esto fue la gota que colmó el vaso para Sé lo que hicisteis. Después de esto, 2011 empezaba con una noticia aún peor: Ángel Martín se despedía del programa para no volver. Eran muchos los que decían que sin él el formato podría continuar. Casualmente los mismos que dijeron que sin las imágenes de Telecinco estaría programado para morir. El 16 de Mayo laSexta anunciaba el fin de Sé lo que hicisteis para el día 20 con su emisión número 1.010. Fueron muchas personas las que criticaron a la cadena por su cancelación, las mismas que ya habían dejado de verlo.

Hoy hace un año de su fin y en Twitter todo el mundo lo está recordando. Durante 5 años fue el buque insignia de laSexta. Durante 5 años no nos podíamos parar de reír cada tarde. Durante 5 años nos dimos cuenta de que el mundo del corazón es pura putrefacción. Durante 5 años deseábamos que llegaran las 3 y media para ver entrar en el plató a Patricia Conde. Durante 5 años deseábamos que Telecinco hiciera cualquier tontería. Durante 5 años escuchamos a Miki Nadal gritar: ay omá qué rica. Durante 5 años vimos como Patricia Conde se volvía loca en directo. Durante 5 años vimos como se reían sin ningún pudor del corazón y sus “periodistas”…
Fueron ellos el veneno que propició la cancelación de Aquí hay tomate, uno de los programas (a mi parecer) más repugnantes de la televisión y, a la vez, con mayor audiencia. Sin embargo, ellos mismos fueron su propia ponzoña, la que conseguiría que hace justo un año me pusiera a llorar frente a la televisión durante sus últimos minutos de emisión. Lloré, no me avergüenza decirlo.

Gracias a Patricia Conde, Ángel Martín, Pilar Rubio, Miki Nadal, Pepe Macías, Berta Collado, Dani Mateo, Alberto Casado, Cristina Pedroche, Paula Prendes, Mario Díaz, José Lozano Rey, David Guapo, Jordi Mestre, Teresa Bueyes, Cristina Urgel, Ricardo Castella, Rober Bodegas, Leo Harlem y a todo el equipo de detrás de las cámaras porque no hubo, no hay y no habrá programa igual. ¡Viva Sé lo que hicisteis!

jueves, 17 de mayo de 2012

El color más temido y, a la vez, el más deseado.


2ª Parte.


Durante los días siguientes mis padres no paraban de repetirme qué era lo que me ocurría. Estaba totalmente hundida y lo peor de todo era que no me atrevía a contárselo. Juan no me cogía el teléfono y cada vez estaba más preocupada. Por fin aquella tarde me contestó y vino a verme. Los dos estábamos fatal -sin saber qué hacer-aunque él lo empezaba a divisar. “Quiero que tengas a nuestro hijo”, me dijo. “¿De verdad me lo estás diciendo?”, pregunté sorprendida. No me podía creer las palabras que acababan de pronunciar sus labios. Lo único que se me pasaba por la cabeza en ese mismo instante era abortar cuanto antes para no sufrir más y para no permitir que lo que estaba creciendo en mis entrañas se convirtiera en una persona. Antes de que ocurriera eso, todo tenía que terminar.


Al día siguiente por fin me armé de valor y decidí contárselo a mis padres. Nos sentamos los tres en la mesa del comedor. Si cabía la posibilidad, me encontraba más hundida y más nerviosa de lo que estaba antes. Sus caras lo decían todo: se temían lo peor. Tras unos segundos de silencio mis labios se separaron y en un impulso descontrolado dije: “mamá, papá. Estoy embarazada”. Los dos se quedaron bloqueados sin saber qué decir sentados en las sillas delante de mí mirándome fijamente. Una lágrima empezó a caer del ojo derecho de mi madre mientras veía como desde el ojo izquierdo estaba a punto de ocurrir exactamente lo mismo. De repente empecé a llorar como si el mundo se estuviese acabando para siempre. En ese mismo instante mis padres se levantaron de la silla y me abrazaron con todas sus fuerzas. Ese gesto me devolvió la vida que me había robado el test de embarazo hacía unos días. A partir de ese segundo todo cambió. El apoyo de mis padres fue incondicional, me ayudaron absolutamente en todo. Por suerte, Juan estuvo también en cada momento.

Ahora, 8 años después, pienso en todo esto y se me saltan las lágrimas. Veo a mi hijo correr por el jardín de mi casa y me doy cuenta de que la más difícil, complicada y dura decisión de toda mi vida la tomé con total acierto. Gracias a Dios tuve la suerte de tener a mis padres que me protegieron y ampararon desde el principio, y a Juan, que aunque rompiéramos un año después, tras casi una década sigue ayudándome en todo lo que necesito. Pero, ¿qué habría sido de mí si hubiera abortado? Cada segundo de mi vida me lo pregunto…

¿CONTINUARÁ?

martes, 15 de mayo de 2012

El color más temido y, a la vez, el más deseado.

1ª Parte.




"No era un día cualquiera. Juan y yo celebrábamos 6 meses juntos, mi relación más larga. En un santiamén me preparé y salí de casa. Comeríamos en la playa y daríamos un paseo. Por la noche me tenía preparada una sorpresa.

Cuando llegué a su portal me dijo que subiera, sus padres se habían marchado a pasar el día por ahí. Estábamos sentados en el sofá abrazados cuando empezó a besarme. No era un beso como los que me solía dar, esta vez era diferente. Su mano me fue rozando todo el cuerpo hasta llegar a la zona prohibida, entonces me di cuenta de lo que pretendía. “No, por favor. Todavía no”, le dije. “Lucía, hoy hacemos 6 meses juntos. Los dos somos vírgenes. ¿Por qué no intentarlo? Te quiero con toda mi alma”, me contestó. No me pude resistir a esas palabras tan bonitas así que le seguí el juego. Fue impresionante. Eso sí, lo hicimos con protección.

Pasaron los días y Juan y yo estábamos muchísimo más unidos cada segundo que pasaba. Todo se había vuelto mucho más romántico, sin embargo, empecé a notar algo extraño en mi cuerpo. Había algo que estaba cambiando. Me di cuenta de que el período me tenía que haber llegado ya así que empecé a preocuparme. ¿Y si estaba embarazada? No tenía ni 17 años. Lo pensé durante los 3 días siguientes hasta que me acordé de que lo habíamos hecho con protección, nada podía ocurrir.

Como las jornadas continuaban transcurriendo y yo cada vez me sentía más rara se lo conté a Juan. Fuimos a la farmacia a comprar una prueba de embarazo y posteriormente llegamos a mi casa. Ambos estábamos nerviosísimos por lo que pudiera ocurrir en los próximos minutos. Él tenía 17 años, yo 16. ¿Qué íbamos a hacer si una vida se estuviera gestando en mi interior? Entré en el baño e hice la prueba. Esperamos unos minutos y un color apareció. Ese color que tantas personas se alegran de ver y con el que tantas personan se decepcionan y entristecen… Las sospechas se habían disipado. Al observarlo me quedé paralizada por el miedo. El test se me cayó al suelo y empecé a marearme. Juan tuvo que cogerme para que no me cayera al suelo. ¿Cómo le iba a decir a mis padres que estaba embarazada? ¿Cómo iba a afrontar la dura realidad de cuidar a un bebé con 16 años?"
CONTINUARÁ

Una isla llamada Hogar.

Érase una vez una isla situada en el centro de un océano inmenso. Ahí, se encontraba Lucía, una chica de 20 años con expectativas muy positivas en su vida. Todos los días se acercaba a la playa para tomar el sol. Muchas noches se tumbaba en la arena y se quedaba dormida hasta la mañana siguiente. El clima de la isla era espectacular y jamás había visto una sola nube. Sin embargo, un día cualquiera Lucía se dio cuenta de que en el horizonte se divisaba algo de bruma y se extrañó. Hizo caso omiso y continuó con su vida habitual.

La jornada siguiente esas nubes estaban aún más cerca de la isla y cada vez eran más oscuras. Lucía, al verlo, se empezó a preocupar. En la isla nunca había aparecido tal aglomeración en el cielo. No sabía de qué se trataba. Varios días después, Lucía se despertó confiando en que todo había pasado. Abrió la ventana de su casa y vio que el sol no brillaba. Salió de su hogar ansiosa por saber lo que estaba ocurriendo. Corrió hasta llegar a la playa y vio el cielo totalmente cubierto por lo que comenzó a llorar. Se tumbó en la arena entristecida pero segundos más tarde unas finas gotas comenzaron a caer. Posteriormente esas finas gotas se convertirían en un huracán que arrasaría toda la isla.

Inundaciones, tormentas, viento, la meteorología destruyó su hogar y con ello su casa. No tenía donde resguardarse en los malos momentos. Por fin tras varias semanas el temporal amainó y el sol volvió a lucir tímidamente. Lucía decidió reconstruir su morada dando prioridad a cosas de las que antes no se había dado cuenta. 

Antes no lo estaba, pero por fin se encontraba preparada para cualquier temporal. No importaba cual sería su magnitud, lograría superarlo.