martes, 15 de mayo de 2012

El color más temido y, a la vez, el más deseado.

1ª Parte.




"No era un día cualquiera. Juan y yo celebrábamos 6 meses juntos, mi relación más larga. En un santiamén me preparé y salí de casa. Comeríamos en la playa y daríamos un paseo. Por la noche me tenía preparada una sorpresa.

Cuando llegué a su portal me dijo que subiera, sus padres se habían marchado a pasar el día por ahí. Estábamos sentados en el sofá abrazados cuando empezó a besarme. No era un beso como los que me solía dar, esta vez era diferente. Su mano me fue rozando todo el cuerpo hasta llegar a la zona prohibida, entonces me di cuenta de lo que pretendía. “No, por favor. Todavía no”, le dije. “Lucía, hoy hacemos 6 meses juntos. Los dos somos vírgenes. ¿Por qué no intentarlo? Te quiero con toda mi alma”, me contestó. No me pude resistir a esas palabras tan bonitas así que le seguí el juego. Fue impresionante. Eso sí, lo hicimos con protección.

Pasaron los días y Juan y yo estábamos muchísimo más unidos cada segundo que pasaba. Todo se había vuelto mucho más romántico, sin embargo, empecé a notar algo extraño en mi cuerpo. Había algo que estaba cambiando. Me di cuenta de que el período me tenía que haber llegado ya así que empecé a preocuparme. ¿Y si estaba embarazada? No tenía ni 17 años. Lo pensé durante los 3 días siguientes hasta que me acordé de que lo habíamos hecho con protección, nada podía ocurrir.

Como las jornadas continuaban transcurriendo y yo cada vez me sentía más rara se lo conté a Juan. Fuimos a la farmacia a comprar una prueba de embarazo y posteriormente llegamos a mi casa. Ambos estábamos nerviosísimos por lo que pudiera ocurrir en los próximos minutos. Él tenía 17 años, yo 16. ¿Qué íbamos a hacer si una vida se estuviera gestando en mi interior? Entré en el baño e hice la prueba. Esperamos unos minutos y un color apareció. Ese color que tantas personas se alegran de ver y con el que tantas personan se decepcionan y entristecen… Las sospechas se habían disipado. Al observarlo me quedé paralizada por el miedo. El test se me cayó al suelo y empecé a marearme. Juan tuvo que cogerme para que no me cayera al suelo. ¿Cómo le iba a decir a mis padres que estaba embarazada? ¿Cómo iba a afrontar la dura realidad de cuidar a un bebé con 16 años?"
CONTINUARÁ

No hay comentarios:

Publicar un comentario