martes, 28 de junio de 2011

4-Adiós (2ª parte)

Laura era el amor de mi vida. Habíamos vivido cosas increíbles, casi imposibles de que se repitieran con otra persona. Esa tarde me despedí de ella hasta el día siguiente. Ella fue hacia un lado y yo hacia el contrario. Yo tenía que atravesar una plaza entera, y ella tenía que cruzar un paso de peatones. Mientras caminábamos, mirábamos continuamente hacia atrás sonriéndonos mutuamente. Laura se dispuso a pasar la carretera cuando yo me fijé en que un autobús venía a toda velocidad hacia ella sin que lo viera. Me volví loco y empecé a correr a la vez que gritaba. Ella se giró y lo divisó mientras el autocar intentaba frenar sin éxito alguno. Me detuve a 5 metros del cruce y vi como mi mundo se desmoronaba, como uno de los pilares de mi vida se esfumaba para no volver jamás.
Me encontraba tirado en el suelo de la carretera llorando y abrazando al amor de mi vida. No me dio tiempo a despedirme de ella. De repente alguien me tocó la espalda con suavidad. Era Laura. Me dijo que todo se iba a solucionar y que me iba a esperar el tiempo que hiciera falta. Me acarició la cara y me dio un beso en los labios. Segundos después desapareció para siempre. Mi corazón siempre será suyo.

3-Adiós (1º parte)

Era una tarde como otra cualquiera. Las cosas no estaban bien entre Laura y yo, y quedamos para solucionarlas.
Después de una charla de dos horas y media, mi mirada se quedó fija en la suya. Sus ojos eran azules, preciosos. Su nariz era respingona, sus labios carnosos, sus dientes perfectos y su sonrisa increíble. Su cabello era dorado natural al igual que el sol y liso al completo.
Nuestros labios se empezaron a rozar y el tiempo se detuvo. Una lágrima recorría sus finas y sonrojadas mejillas. Segundos después empecé a jugar y me aparté. Ella se rió y sus labios me empezaron a perseguir. Una sonrisa de oreja a oreja nos había invadido el rostro. Finalmente, acaricié su pelo sedoso y nos besamos. Fueron los mejores minutos de toda mi vida. Quién me iba a decir a mí, que ese beso iba a ser el último después de 2 años. Aquella tarde nos despedimos con un: hasta mañana. Esa despedida en realidad fue un adiós para siempre. Si lo hubiéramos sabido de antemano, nuestros labios jamás se habrían separado.
Adiós - La Oreja de Van Gogh

lunes, 27 de junio de 2011

2-Inna - Club rocker

Este blog también va a tratar sobre música, así que hoy empiezo presentándoos el nuevo videoclip de la gran Inna. Una canción increíble que tiene toda la pinta de ser un bombazo. Aquí os la dejo. A mí me encanta, espero que a vosotros también =)


Videoclip oficial: INNA-Club Rocker

1-Felicidad

Todos nos hemos cuestionado de vez en cuando si somos felices. La mayoría de las personas busca la felicidad en otra persona, y eso es un fallo muy grande. La siguiente historia puede que os abra los ojos:

Su nombre era Mario de 20 años. Una mañana se levantó sin saber que iba a ser uno de los mejores días de su vida. Se duchó, desayunó, se vistió y quedó con sus amigos. Estaba enamoradísimo de una chica a la que veía siempre, sin embargo había un problema: no la conocía. Cada tarde ella pasaba a la misma hora por el mismo sitio. Su belleza se podía divisar a lo lejos y cada paso que daba no dejaba indiferente a nadie. Un día Mario se armó de valor y decidió saludarla. Para su sorpresa ella le contestó con un: buenos días, y con una sonrisa de oreja a oreja. Pero de repente tras unas semanas, ella desapareció. Aquel día Mario salió a la calle y descubrió una nota en su buzón. Era de ella.
Pasaron los años y su relación iba viento en popa. Pero una noche de desenfreno sexual, Mario en pleno apogeo ebrio mantuvo relaciones con otra mujer. Su novia no le perdonó, así que él cogió las maletas y se fue a la estación de tren de la ciudad. Se marchaba, quizá para no volver. Pasó un tren, y sin saber cual era su destino se subió a él. Al final del trayecto, se dio cuenta de que aquella locomotora se dirigía hacia la conocidísima ciudad llamada "Fracaso". Se bajó, y se quedó esperando en la estación al próximo tren que pasara por su antigua ciudad: "Felicidad". Llorando se decía continuamente: seguro que en 5 minutos pasa. Finalmente, pasó.

¿Qué quiero decir con esta historia? Para ser feliz con alguien, primero hay que encontrar la felicidad con uno mismo, estar agusto contigo. Aunque físicamente no se sea agraciado, hay que mirarse al espejo y alabarse como si no hubiera nadie mejor que tú. En este mundo no todo es el físico, la personalidad vale 100 veces más. ¿Quién te va a querer si no te quieres tú mismo? Si no eres feliz, no temas. Puede que ya hayas cogido el tren que te lleve a la ciudad "Felicidad", y pronto llegarás, solo se necesita paciencia.