martes, 28 de junio de 2011

3-Adiós (1º parte)

Era una tarde como otra cualquiera. Las cosas no estaban bien entre Laura y yo, y quedamos para solucionarlas.
Después de una charla de dos horas y media, mi mirada se quedó fija en la suya. Sus ojos eran azules, preciosos. Su nariz era respingona, sus labios carnosos, sus dientes perfectos y su sonrisa increíble. Su cabello era dorado natural al igual que el sol y liso al completo.
Nuestros labios se empezaron a rozar y el tiempo se detuvo. Una lágrima recorría sus finas y sonrojadas mejillas. Segundos después empecé a jugar y me aparté. Ella se rió y sus labios me empezaron a perseguir. Una sonrisa de oreja a oreja nos había invadido el rostro. Finalmente, acaricié su pelo sedoso y nos besamos. Fueron los mejores minutos de toda mi vida. Quién me iba a decir a mí, que ese beso iba a ser el último después de 2 años. Aquella tarde nos despedimos con un: hasta mañana. Esa despedida en realidad fue un adiós para siempre. Si lo hubiéramos sabido de antemano, nuestros labios jamás se habrían separado.
Adiós - La Oreja de Van Gogh

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