domingo, 27 de enero de 2013

Vida

Siempre llega el momento en el que de repente te planteas toda tu existencia. ¿Qué va a ser de ti mañana? ¿Cómo vas a afrontar los problemas?
Ese segundo en el que la línea recta de tu vida que hasta ese instante era trazada de forma excelente y cuidadosa, se ve sometida a un punto de inflexión. Experimenta un giro de 180º y comienza a dar torpemente una vuelta tras otra encontrándose con decenas de montañas.

Muchas veces se detiene. Se detiene por culpa de obstáculos. Unos obstáculos que alguien puso ahí y han de ser sorteados. Se esconde entre las hojas caducas de los árboles para que nadie la encuentre. Tiene miedo y la cobardía ciega sus instintos hasta que el otoño se impone en la naturaleza haciendo gala de su elegancia y entonces, se ve obligada a continuar. No por interés, si no por responsabilidad. Es su deber.

Sin embargo, otras veces la línea avanza como puede sin acobardarse. Teme a las circunstancias y a su devenir. Pero es valiente, probablemente demasiado.
Explora desiertos, mares, ciclones, todo tipo de lugares. Siempre en condiciones extremas. Huye de animales hambrientos, de personas sedientas de sangre, de fenómenos meteorológicos enfurecidos mientras prosigue con la búsqueda de la tranquilidad que se merece. Una tranquilidad que no encuentra. Su secreto puede estar bajo una roca, en el tronco de un árbol, dentro de un cajón o de un armario, entre unas zarzas, o puede que lo haya tenido entre sus manos y lo haya perdido por el camino. Aunque se encuentre abandonado kilómetros atrás, más adelante, a lo largo del trayecto volverá a aparecer. Lo volverá a conocer más profundamente y, puede que esta vez, no lo olvide y lo guarde para siempre.

Pero, por desgracia, otras veces simplemente desaparece. No se esconde. Ni lo piensa. Tan sólo se despide, olvida todo lo avanzado anteriormente y se difumina entre el frío y la niebla de las montañas. No volverá a verse. Así lo decidió al atravesar aquel punto de inflexión. Una sentencia acatada en tan sólo un segundo. Una decisión inmadura, cobarde e irresponsable. Al contrario que las dos anteriores.

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