sábado, 12 de enero de 2013

Libertad de expresión

Esta mañana al entrar en mi cuenta de Facebook, la red social me hacía una pregunta como cada día: Borja, ¿cómo te sientes?. Tras pensarlo varios segundos, una respuesta sobrevoló mi mente: mal, me siento muy mal.

Miembros de ETA durante un comunicado ESCONDIENDO su rostro.
En el año 1992, nací en Bilbao. Viví en la Villa hasta los 17 años, edad con  la que me mudé a Madrid para iniciar mi carrera universitaria. A lo largo de estos 3 últimos intervalos, cuando poseo alguna oportunidad para visitar a mi familia aprovecho la ocasión, puesto que echo en falta mi ciudad natal y siempre comento que es el mejor lugar que existe en España. Pero ese pensamiento que poco a poco se iba desvaneciendo, hoy ha desaparecido.

Esta tarde se ha producido una manifestación a favor de los "Derechos Humanos" de los presos de la organización TERRORISTA ETA. Mi indignación al leer la noticia justo después de levantarme, me ha producido tal enfado en mi interior que he aprovechado Twitter como mecanismo para desahogarme, ya que no tenía otro medio. En cuestión de 5 minutos mi ira se ha desatado en forma de 5 comentarios en la red social que podéis leer a continuación: "esto ya es de coña, la Iglesia Vasca reclamando los derechos humanos a los presos de ETA. A-S-C-O. HIPÓCRITAS", "los que apoyan los derechos de los presos de ETA son igual que ellos. La diferencia es que se amparan en la palabra y el diálogo", "¿cómo pueden pedir sus derechos cuando han asesinado a cientos de personas, secuestrado, extorsionado, etc etc? Vaya secta...", "vaya país. España es un Estado en el que se apoya a los ASESINOS pero no se apoya a las víctimas del terrorismo", "todo mi apoyo desde aquí a todas las familias rotas de dolor por culpa de ETA". Sabía que las respuestas a estos tuits no  iban a tardar en llegar y, pocos minutos después, algún que otro usuario me contestó alegando que, nosotros, es decir, los españoles, ganamos por goleada en asesinos. Otra persona me rebatió apelando a que me posiciono en contra de los derechos humanos de los etarras, pero estoy a favor de los derechos del resto de asesinos españoles.
Creo que no hace falta decir más sobre estos individuos, los cuales carecen de argumento alguno amparándose en el hecho de que haya más asesinos españoles que de ETA.

La manifestación por la que estoy escribiendo este artículo, ha sido apoyada por Willy Toledo, Pilar Bardem y Sánchez-Gordillo, entre otros. Casualmente, personajes que se denominan a sí mismos con el término de "progres", pero que a la vez, defienden los Derechos Humanos de los presos.

Como bien sabemos, todos y cada uno de los ciudadanos los poseen hasta que se convierten en asesinos o se posicionan a favor de dichos elementos, lo mismo es. En el momento en el que una persona mata a otra, pierde todos y cada uno de éstos. Dejan de ser personas para convertirse en individuos carentes de sensibilidad y repletos de odio.

En los 20 años de mi vida, jamás he entendido como alguien puede apoyar el acto tan horrendo y terrorífico de matar a una persona aludiendo a la inútil lucha para el reconocimiento de la autonomía completa del País Vasco. Qué sociedad es esta en la que vivimos en donde los ciudadanos han sido relegados a un segundo plano para dar más importancia a las Instituciones, para dar más importancia a algo que ha creado la humanidad con el transcurso de los años, para dar más importancia a un territorio que tan sólo figura en unos papeles como tal.

Una persona vale más que todos los Estados juntos del mundo. Una vida es lo más grandioso que existe en este planeta, hasta que unos individuos encapuchados (que además, no tienen cojones a dar la cara), se cruzan en su camino y con pistola en mano, se despiden de ella para siempre, desaparece. Desaparece porque unos "hombres" combaten por conseguir un Estado propio, repito, anteponiendo los derechos de ese Estado a los derechos de la propia persona, de la propia vida.

Personalmente, veo a ETA y a los nacionalismos como una secta legal. Una secta en la cual lo único que importa son unos papeles mojados. La crisis, las medidas para esquivarla, los muertos, las víctimas del terrorismo, las propias vidas pasan a un segundo plano, o incluso tercero, transformándose en mártires de esta sociedad empeñada en convertir a los buenos en malísimos, y a los malos en buenísimos. La culpa de todo esto reside en los políticos por permitir esta manifestación y en los medios por dar tanta importancia a esta gentuza plasmando sus ideales diariamente en los periódicos o en las televisiones.

Si tanto pelean por la libertad de expresión, aquí tienen libertad de expresión.

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo contigo. Tengo 18 años, soy de una ciudad de la margen izquierda, y ese día estuve en Bilbao. No estoy en contra de los nacionalismos, simplemente no los comparto. No solo el nacionalismo vasco, sino el español, o el que sea. Yo nací en el mundo, no entre unas fronteras. Pero volviendo al tema: respeto los nacionalismos, pero no el asesinato. Si quieren conseguir la independencia de Euskadi, que luchen por ella, pero por la vía política. Me parece increíble que unos asesinos exijan sus derechos humanos. A mi parecer, en el momento en el que matas a una persona pierdes tu humanidad. Alguien que mata no se merece ni siquiera la vida.

    ResponderEliminar