sábado, 29 de diciembre de 2012

29 de Junio.


La mañana del 29 de Junio me levanté como otro día cualquiera. Era verano, vacaciones, calor, playa... Sin embargo, me desperté escuchando unos sollozos. Salí de mi habitación y recibí una trágica noticia entre lágrimas. En aquel instante, todos mis muros cayeron y me hundí en un pozo del que era muy difícil salir. Me senté en el sofá meditando. Todavía no me lo creía. Pero escasos minutos después, la información comenzó a fluir por mi cerebro provocando una repentina y poco esperada depresión. Varias lágrimas empezaron a caer desde las cuencas de mis ojos hasta mi barbilla. Entonces, la tormenta se desató y una llorera sin precedente (como cuando un niño de 5 años se cae del columpio mientras juega) apareció en mi rostro. Poco a poco, fui asimilando la noticia y el llanto, en vez de desaparecer, se fue incrementando muy a mi pesar.

Ese día Luna se fue. Un coche la atropelló y no consiguió sobrevivir. Desde entonces, cada día me acuerdo de ella. Cada día echo de menos sus ladridos, su felicidad, su agradecimiento por el cariño que le otorgábamos, su protección a Lara, sus lloros cuando veía gatos y no podía cazarlos, sus carreras por el parque, sus escapadas en el monte, sus ojos de perro abandonado, todo.

En el 2007 la vi perdida en mi pueblo. Pensé que su dueño la estaría buscando pero, al no aparecer éste, deduje que había sido abandonada. Estaba prácticamente anoréxica y un mar de heridas y de dolor ocupaba gran parte de su piel. Un día, decidimos adoptarla para ofrecerle la vida que se merecía. Al no encontrarla buscamos por todas partes. Había desaparecido. Una asociación protectora la había recogido para evitar el trágico final que se le avecinaba: apenas comía, era invierno en un pueblo a más de 1000 metros de altitud, nieve, temperaturas bajo cero... Así que el día 4 de enero de 2008 emprendimos nuestro camino a Soria y la recogimos. 

Desde aquel día te colmamos de cariño y de caprichos. Eras la perra más feliz del mundo. Sin embargo, el 29 de Junio nos fuiste arrebatada. El destino quiso que, con alrededor de 7 años de edad, terminara tu ciclo aquí. El 29 de Junio hubo un cambio. Un cambio en nuestras vidas y un cambio en tu vida. Porque nosotros continuamos aquí, sin ti. Y ese día tú empezaste algo nuevo, una nueva existencia. Sé que estás con nosotros cada día. Sé lo mucho que nos quieres y lo mucho que nos apoyas, algo que conoces a la perfección que es recíproco. 

Luna, ten claro que no te fuiste. Ten claro que sigues aquí.


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