Juanjo y Teresa. Parte 1
Juanjo se encontraba paralizado en el rellano de su puerta.
No sabía qué hacer. Si entraba entristecería a su familia. Si se marchaba para
no volver, lo haría aún más. Con paso decidido avanzó hasta la cerradura
mientras sacaba las llaves de su bolsillo. De repente, sin él haberlas girado,
la puerta se abrió y Pedro, su hijo, apareció. Le dio un beso en la mejilla y se
fue corriendo. No se percató de la evidente expresión de angustia que retrataba su rostro.
Entró en su casa y lo primero que vio fue a su esposa Teresa
viendo la televisión. Rápidamente se levantó y acudió a donde él.
-Cariño, ¿qué tal el trabajo?-le preguntó mientras retiraba
la chaqueta de sus hombros.
-Bien-respondió con voz temblorosa.
De repente un escalofrío le recorrió todo su cuerpo sudado
por los nervios.
-Juanjo, ¿estás bien? Estás raro. ¿Te pasa algo?
-Cariño…-Juanjo no sabía cómo decírselo. En ese momento
estaba entre la espada y la pared. Temía decepcionar a su mujer, con quien
llevaba 20 años de sonrisas.
-No… Dime que no ha pasado-dijo Teresa cada vez más
preocupada.
-Sí. Me han despedido del banco. Estoy en el paro.
Teresa ingresó en la cola del INEM a lo largo del 2009 y
desde entonces no había encontrado ninguno. La crisis se estaba incrementando y
lo único que podía protegerles del desahucio era el dinero que Juanjo traía a
casa todos los meses. Pero ahora ya no.
Aquella noche Juanjo no salió de su habitación. Se
encontraba completamente en shock. Teresa decidió prepararle algo especial para
cenar. Así que fue a la cocina, abrió la nevera y se percató de que era
imposible. Las baldas estaban prácticamente vacías. Tan solo había tres
yogures, un plato con sobras del mediodía y un huevo.
-Mierda-se dijo a sí misma Teresa preocupada-tendremos que
esperar al cobro de Juanjo-al terminar esas palabras, inmediatamente se acordó
de que ese cobro nunca llegaría. Había estado tan ocupada durante toda la tarde
que su cerebro había bloqueado esa información. Un intenso escalofrío recorrió
todo su cuerpo. No tenían como subsistir. No tenían absolutamente nada de
dinero en la cuenta. El gobierno le había retirado a Teresa la ayuda de los
400€ el mes anterior. ¿Qué iban a hacer?
Al día siguiente Juanjo acudió temprano a la casa de su
hermano. Éste no le abrió. Años atrás tuvo lugar una pelea por la herencia de
sus padres y desde entonces no se dirigían la palabra.
-¿Qué quieres?-preguntó su hermano tras la puerta.
-Alejandro. Me han despedido del trabajo. A Teresa le
quitaron la ayuda de los 400€ el mes pasado.
Tengo que dar de comer a tres hijos y en la nevera tengo unos pocos
yogures. Por favor. Ayúdame-replicó llorando.
Alejandro no respondió. Juanjo se marchó sin saber qué
hacer.
CONTINUARÁ
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